La soledad del DJ
Los alquileres están por las nubes, la compra en el supermercado cuesta el doble que hace unos años, y los cachés (lo que nos pagan por pinchar) no han subido. Al contrario, muchas veces han bajado. Si un DJ quiere vivir solo de la música, lo tiene complicado. Hay excepciones, claro, pero ¿sólo de pinchar? cada vez mas dificil. Hay que sacrificar muchas cosas.
Además, el negocio de la música ha cambiado. Antes, un DJ se ganaba el respeto por su conocimiento musical, por su técnica, por la experiencia de sus sesiones. Hoy, en muchos casos, lo único que importa es si tienes seguidores en redes sociales. Si eres famoso, aunque no tengas mucha idea de pinchar, te llaman. ¿El resultado? Promotores encantados, público que solo quiere sacarse fotos con el «famoso DJ» y profesionales con años de carrera que se quedan fuera.
Trabajar en la noche tiene sus propias dificultades. Mientras otros descansan o duermen, los DJs estamos en clubs, festivales o eventos, muchas veces lejos de casa. El ritmo es agotador: viajes constantes, pocas horas de sueño, cambios de horario… Y lo peor es que, aunque estés rodeado de gente, la cabina puede ser un lugar muy solitario en el que te enfrentas a tus propios demonios.
A esto hay que sumarle que el ambiente nocturno no siempre es el más saludable. Se bebe alcohol, hay sustancias y la tentación de usar el alcohol o las drogas como vía de escape está siempre presente. Muchos DJs acaban atrapados en este ciclo sin darse cuenta, porque es difícil poner límites cuando la fiesta nunca se detiene.
Ansiedad, precariedad y pastillas
A todo esto hay que sumarle el estrés de no saber cuándo volverás a trabajar. En esta profesión, no hay contratos fijos ni seguridad laboral. No sabes si el mes que viene te llamarán para pinchar o si tendrás que buscar otro trabajo para pagar el alquiler.
Si buscas ayuda porque te sientes mal, el sistema sanitario te da una respuesta rápida: pastillas. ¿Tienes ansiedad por no llegar a fin de mes? Antidepresivos. ¿No duermes porque te agobia la incertidumbre? Benzodiacepinas. En lugar de analizar las causas reales del malestar (las condiciones laborales, la falta de estabilidad, el modelo de vida que nos exige estar siempre al 100%), te medican para que sigas adelante como si nada.
La sociedad nos exige ser «fuertes», «resistir», «luchar», pero ¿qué pasa si lo que necesitamos no es aguantar, sino cambiar las cosas?
«Depresión en la Cabina»: un espacio para resistir
Hace años empecé a hablar sobre la salud mental en primera persona en mi profesión. Primero en mi blog, luego en podcasts, redes sociales… No siempre fue fácil. Me han llamado «quejica», «exagerada», «loca» y «llorona» por contar lo que vivimos algunos DJs. Pero también he visto que hablar de estos temas ayuda. Hoy, por ejemplo, los DJs estamos reconocidos como artistas según el BOE, algo impensable hace unos años.
Pero esto no va solo de mi experiencia. Hay muchas más personas pasando por lo mismo, y por eso creé Depresión en la Cabina. No es solo un proyecto, es un espacio donde podemos compartir lo que sentimos y exigir que nuestra profesión sea más justa y humana.
Porque la música es nuestra vida, pero no debería costarnos la salud.