Si alguna vez has tenido que realizar una labor frente a una audiencia (leer un discurso, tocar un instrumento, actuar, pinchar, etcétera) habrás sentido que el cuerpo, antes de salir a escena, se comporta de manera extraña, como si no quisiera enfrentarse a la situación. Sientes nervios, dudas, sudor frío e incluso malestar físico. ¿Qué significa? Que estás sufriendo miedo escénico. ¿Se puede superar? Sí, si tenemos bien presente unas cuantas reglas básicas.

Hay un error de percepción en los músicos que alimenta al miedo escénico: cómo tratar la actuación. Todos los que hemos estado en un escenario o cabina tendemos a pensar que esa actuación es un examen, pero la realidad es que es justo lo contrario. La actuación es un premio. Un premio que recibes por todo el proceso de aprendizaje y toda la práctica que has realizado durante la semana. Si consigues subirte al escenario con la intención de disfrutar de tu trabajo, de ser feliz con tu música, el público empatizará contigo y disfrutará lo mismo o más que tú. Por eso es importante que grabes a fuego que una actuación no es un examen, sino un premio. Olvida los nervios de sentirte evaluado, porque la música es transmisión de sentimientos, y si transmites inseguridad y nerviosismo, mal vamos.

¿Y qué se puede hacer para superar el miedo escénico? Varias cosas, además de lo mencionado más arriba. Por ejemplo, puedes llevar una vida sana y equilibrada, con alimentación cuidada (sin pegarte atracones antes de las actuaciones) y ejercicio regular; eliminarás tensión acumulada en el cuerpo que aprisiona los nervios y que genera una sensación incómoda. Por supuesto, si eres por naturaleza nervioso, evita las bebidas estimulantes o las sustancias nocivas (tanto legales como ilegales), pues lo único que consigues con ellas es creer que estas a tope y que te vas a comer el mundo cuando en realidad tu cuerpo no es más que un manojo de nervios. Y ríe, ¡ríe mucho! Antes de las actuaciones, intenta rodearte de amigos cercanos con los que compartir los momentos previos. Ríe con ellos, contad chistes o anécdotas malsonantes. Relajaos y disfrutad de la compañía mutua. Y, por supuesto, llega temprano al local. No es lo mismo ver como la gente entra poco a poco que entrar en la sala con el tiempo justo y ver la pista a rebosar. Además, si vas apurado de tiempo y corriendo, ya estás insuflando adrenalina a tus venas que te generará una sensación de nerviosismo, y eso no lo queremos.

¿Y durante la actuación? Es importante mantener la calma, pero no agobiarte con que debes mantener la calma. No te estés repitiendo una y otra vez que no te vas a poner nervioso. Ignorar el problema sólo sirve para acrecentarlo. “Claro que me voy a poner nervioso. ¡Es una actuación! Pero no voy a dejar que el miedo me domine, que aquí mando yo”. Y si cometes un error mientras pinchas, olvídate de él, porque ya ha pasado y no puedes volver atrás en el tiempo (todavía) para corregirlo. Además, errar es humano, y hasta los más grandes de la industria lo hacen (siempre y cuando no lleven la sesión grabada en su flamante pendrive). Sigue con tu trabajo diciendo: “¡Vaya! Se me fue, qué le vamos a hacer. ¿Y si ahora pongo…?”.

No existen milagros para superar el miedo escénico, pero si trucos como estos (y muchos otros más que podrás encontrar en webs y libros especializados). Lo más importante es que olvides que es un monstruo con poderes especiales y te limites a tratarlo como un miedo más que todo hijo de vecino sufre en diferentes situaciones de su vida. ¡Y disfruta de la música, que es tu vida!

Si conoces más métodos para superar miedos o quieres compartir tu experiencia, en mi Facebook puedes comentar lo que te salga de un pie (o en los comentarios habilitados en esta página). ¡Descubrirás que no estás sólo!