Soy DJ y nadie me contrata. Qué he hecho mal?
Hay algo que nunca debes olvidar (sobre todo en los inicios de cualquier carrera musical): detrás de la fiesta, la alegría, las fotos en los camerinos y demás parafernalia hay mucho esfuerzo y sacrificio. La música es un mundo muy duro, donde sólo unos pocos llegan a lo más arriba. Los hay que se quedan a la puertas de la fama; estos pueden vivir aun de la música. Y después se encuentra el resto de mortales apasionados por los instrumentos musicales y las mesas de mezclas.
Debes tener bien claro que, si la vida de un músico es más dura de lo que la gente cree (el público no ve más que la actuación, que es el premio al músico por su esfuerzo de toda la semana), los inicios son aún más duros. Pero esta dureza, este esfuerzo invertido sin ver resultados, no tiene por qué ser señal de que no vales para la música. Quizás has errado tus metas. Ahora que ya sabes pinchar deberías poder afinar los objetivos que te marcaste al principio. Se realista siempre, sincero contigo mismo. Canaliza los esfuerzos hacia un fin real. No desesperes nunca, ni dejes de intentarlo si realmente sientes que los bombos y los platillos y las sonrisas del público son todo lo que necesitas en la vida. Tarde o temprano, la oportunidad aparecerá. Todos esos grandes nombres de la industria musical han sufrido para llegar a lo alto. Todos. Tú no vas a ser menos. Así que sigue luchando, sigue practicando, sigue amando la música.
Una buena muestra de ese amor por la música se encuentra en tus sesiones. Cuida la selección musical. Investiga las raíces del estilo que has elegido. Escucha a los grandes nombres que abrieron el camino, analiza sus canciones, los grandes éxitos que marcaron a toda una generación que no es la tuya. La idea es dotar a tus actuaciones de una personalidad propia y una cultura musical coherente. Incluso puedes adaptar esos clásicos a tu estilo.
Hoy día, con un ordenador (e internet cargado de tutoriales) se puede hacer cualquier cosa. No hace falta que seas un productor de renombre ni un fanático de la informática para adaptar un tema a tu estilo. Puedes cortarlo y pegarlo para crear una nueva estructura que se adapte mejor a tu forma de trabajar. Puedes añadirle una base sencilla que haga que ese sonido característico de décadas atrás suene más actual. Y todo esto lo puedes aprender en pocos minutos a través de internet. Haz pruebas, muchas, y cuando el sonido que consigas sea bueno, graba el resultado y utilízalo. Conseguirás sesiones más dinámicas, sorprendentes, cargadas de cultura y pasión. Y únicas, pues sólo tú pondrás ese tema que has editado.
Hay más modos de introducirse en la industria del ocio. Si eres emprendedor, puedes montar tu propia fiesta en un local. Diseña bien el evento, ata todos los cabos y preséntalo a las salas de tu ciudad (salas de aforo similar a la gente que piensas mover; no quieres un local vacío en tu fiesta). Para ello, debes crear un dossier de presentación que sintetice el concepto de la fiesta y, lo más importante, los números sobre los que trabajas. El encargado o dueño de un local querrá saber cuánta gente piensas meter, a cuánto vas a cobrar la entrada (si la hay), el estilo de música, los artistas que van a ir, si hay costes de producción, etcétera. Todos estos puntos se afinarán entre el empresario y el emprendedor una vez el primero acceda a acoger al segundo, pero llevar números ya trabajados es una buena manera de mostrar profesionalidad. En esa fiesta, en tu fiesta, podrás pinchar. De ese modo, y habiendo más artistas invitados (grupos del barrio que toquen en directo antes de la sesión, otros discjockeys con más o menos nombre pero que sepas que van a traer a gente) te asegurarás cierto éxito y público para tu sesión. Es una buena manera de ganar dinero mientras te pruebas con fuego real. Y lo más importante: nunca sabes quién te puede escuchar. Quizás entre el público esté el dueño de otra sala o el promotor de otra fiesta y le guste lo que haces.
Muy buen consejo :D